
Septiembre marca un momento de transición: las temperaturas bajan, los días comienzan a acortarse, aumenta la humedad, especialmente tras episodios de lluvias veraniegas, y muchas especies de plagas aprovechan las condiciones cambiantes para instalarse o reproducirse activamente. Estar alerta ahora puede prevenir molestias mayores en otoño e invierno. Aquí te explico cuáles plagas son más comunes en esta época, qué señales observar y cómo intervenir de forma eficaz mediante control de plagas.
Plagas más comunes en septiembre
Cucarachas y otros insectos sin alas
Con la caída de las temperaturas, cucarachas, hormigas y otros insectos que buscan calor y alimento tienden a instalarse en interiores. Las cocinas, los sótanos, los armarios y las zonas detrás de electrodomésticos son lugares preferidos para refugiarse.
Roedores (ratones, ratas)
Después del verano y con la llegada de lluvias o humedad en exteriores, roedores buscan espacios secos y protegidos para refugiarse. Grietas, conductos, falsos techos o garajes pueden convertirse en puntos de entrada.
Chinches de cama
Aunque pueden aparecer durante todo el año, la vuelta de vacaciones, los viajes y el uso compartido de espacios hacen que septiembre sea un mes crítico para detectar infestaciones de chinches. Se introducen en textiles, colchones o equipajes.
Moscas, mosquitos y otros insectos voladores
En los días aún templados, estas especies siguen activas. Las noches templadas con algo de humedad permiten la supervivencia de larvas e insectos alados que pueden entrar en casa o en el negocio.
Plagas agrícolas y de jardín
- Pulgones: siguen activos porque encuentran hojas tiernas y savia.
- Mosca blanca: se oculta en el envés de las hojas y provoca debilitamiento y amarilleo.
- Araña roja: favorecida por zonas cálidas y secas, puede provocar daños visibles en vegetación.
- Mildiu y oídio: los hongos aparecen más cuando las noches son frescas y húmedas.

Señales de alerta que no debes ignorar
- Aparición de insectos vivos en interiores, especialmente por la noche.
- Pequeños residuos de excrementos, manchas negruzcas, áreas húmedas donde podrían esconderse los insectos o roedores.
- Daños en alimentos, cajas, cables o muebles que podrían indicar roeduras.
- Malos olores persistentes en armarios, rincones ocultos, detrás de electrodomésticos.
- En plantas o jardines: hojas amarillas, telarañas finas (araña roja), manchas típicas de hongos, caída de hojas.
Medidas preventivas de control de plagas
- Mantener limpieza regular, especialmente en cocinas, baños, desagües y zonas de basura.
- Sellar puntos de posible entrada: grietas, rendijas de puertas o ventanas, conductos.
- Reducir humedad: ventilar, reparar fugas, evitar acumulaciones de agua estancada.
- Revisar equipajes, ropa usada, muebles de segunda mano antes de introducirlos en la vivienda.
- En jardines, inspeccionar regularmente hojas y plantas, retirar maleza, controlar hongos y plagas con métodos apropiados.
Cuándo acudir a una empresa de control de plagas

Si las señales aumentan, los métodos caseros ya no son suficientes o se detecta infestación avanzada (roedores visibles, cucarachas numerosas, chinches), lo más recomendable es contratar una empresa de control de plagas. Un servicio profesional puede:
- Realizar una evaluación del riesgo y tipo de plaga.
- Aplicar tratamientos adecuados y seguros (productos autorizados, protocolos de seguridad).
- Garantizar seguimiento y mantenimiento para evitar rebrotes.
- Ofrecer soluciones específicas según el entorno: hogar, negocios, zonas agrícolas.
En ciudades como Madrid, donde la densidad urbana, los cambios bruscos de temperatura y la proximidad de edificaciones favorecen la proliferación de plagas, disponer de un buen servicio profesional marca la diferencia. Para quienes buscan confiabilidad y experiencia, en AlmuPlaza DDD encontrarás servicios adaptados a estas situaciones estacionales. Con intervención rápida y tratamientos especializados, esta empresa de control de plagas en Madrid puede ayudarte a prevenir que una plaga de septiembre se convierta en un gran problema durante los meses más fríos.